Bien podría llamarse la capilla del fin del mundo, porque está ahí. Y su nombre no es una alegoría, ya que está construida debajo del mismísimo hielo, en la Base Belgrano II, en medio de los túneles que sirven, entre otras cosas, para el almacenamiento de víveres. La capilla cuenta con un pequeño santuario de Nuestra Señora de las Nieves, dos crucifijos semi enterrados por el hielo, una mesa improvisada como altar con un mantel blanco encima, una imagen de la Virgen de Luján y algunas sillas para los fieles. Cuesta reconocer al cura bajo esa montaña de camperas y abrigos que dejan muy tapado el cuello clerical. No es para menos, las temperaturas alcanzan los -50º y durante cuatro meses del año la noche es permanente. Claro que, hay otros cuatro meses donde sólo se ve el sol. La parroquia es el lugar donde científicos, investigadores y miembros del Ejército Argentino profesan su Fe. También es importante mencionar la visita de la Virgen de Luján Malvinera a la Bases Belgrano II, a la Base Esperanza, Base Carlini y Base Orcadas; y próximamente estará en las bases antárticas San Martín y Marambio. Tal como nos contaron desde el Comando Conjunto Antártico, a quienes agradecemos la gentileza por estas fotografías, la imagen de la Virgen de Luján Malvinera fue recuperada, tras 37 años de estar en Gran Bretaña, gracias a un intercambio acordado por las capellanías de ambos países en una ceremonia que se realizó en el Vaticano, ante de la presencia del Papa Francisco.